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Inma Femenía: “En mi obra hago uso de herramientas tecnológicas para hacer evidente algo que sucede en momentos minúsculos”
Es una observadora nata que invita a detenerse en la naturaleza y en el hecho mismo de contemplar. Inma Femenía (Pego, Alicante, 1985) es la artista que está proyectando para la inauguración de CaixaForum Valencia “Arc al Cel”, una escultura intangible que reproduce el fenómeno óptico del arcoíris. Desde 2008 ha presentado muestras individuales en el marco nacional e internacional, y actualmente forma parte de la exposición colectiva “Todo es la suma de las partes” junto con Leila Cárdenas e Hisae Ikenaga en la galería de arte madrileña Max Estrella.
En su trabajo, la luz, el color y la materia son los protagonistas de su experimentación y desempeñan un papel fundamental en la creación de su lenguaje. Un lenguaje que trata de explicar cómo nuestra percepción está condicionada por la realidad que nos concierne, especialmente ante la influencia de la tecnología. “Investigo aspectos que abordan la relación entre lo material y lo intangible o la fisicidad y lo virtual, planteando experiencias perceptivas mediante instalaciones o esculturas que formulan distintos modos de aprehensión de la realidad”, narra la artista. Tal vez porque estamos teniendo “comunicaciones no físicas”, como ella expresa. “Como en nuestro caso, que nos conocimos físicamente hace dos años en Estampa, pero que hemos generado la relación a través de lo virtual”, afirma con un guiño cómplice. “Las que yo muestro son las relaciones sensitivas, las relaciones visuales que estamos viviendo. Nuestro mundo no es solo físico. En mis instalaciones lo que intento generar es que ese ambiente sea muchísimo más relevante, que haya una presencia paralela de los dos ámbitos por igual”, afirma. Y esa investigación es, quizá, de la que hace partícipe al que observa para mostrar hasta qué punto los materiales con los que trabaja se dejan moldear, manipular, enseñar su ductilidad, la sensación de que los funde, su brillo, su transparencia y su relación con la luz. Una luz que se traduce a color.

-Lo tecnológico está presente en el color que usas, parece la proyección del reflejo de la luz de una pantalla de ordenador. ¿Reflejos de pantallas que nos tienen sujetos y nos moldean?
Así es. Mi obsesión proviene de fijarme en cómo la realidad se ve alterada tanto por los condicionamientos de la luz natural como por todos los condicionamientos que estamos añadiendo: la luz artificial.
-Es el caso de tu última exposición individual, “Infralleu”, en Bombas Gens Centre d’Art, donde las instalaciones estaban abrazando al espectador, rodeándole para hacernos ver que nuestro ambiente está totalmente condicionado y relacionado por esos reflejos que generamos.
Por ejemplo en «Spectrum Screensaver», aludo a que en nuestro espacio cotidiano generamos unos ambientes que son los ambientes contemporáneos y digitales. Y estos están condicionados por esa reflexión de luz que viene directamente de las pantallas. En «Infralleu» pasa lo mismo: la obra Mehr Lichtl! que presenté en 2018 en Max Estrella es un ejemplo de las pantallas de publicidad de las ciudades.

-Tal vez porque hay ciudades que condicionan esta iluminación…
Sí, son como códigos de comunicación que te hacen caminar de una cierta manera: si pasamos al lado de unas pantallas de publicidad es inevitable que condicionen tus comportamientos. Estos reflejos son los que se ven, tanto inmateriales, directamente extraídos de las pantallas, como materiales, que también se ven en las obras. En “In Tension” y en “Transvesal” se ven unas impresiones que en realidad están extraídas directamente de las pantallas. Y cómo los colores se definen por el orden digital del color.
-Ofreces al espectador una experiencia perceptiva al enfrentarse a tus instalaciones y a tus esculturas. Nos cuentas que tu trabajo parte de invitar a reflexionar sobre nuestra percepción de la realidad ante la influencia de la tecnología. ¿Consideras que esta influencia hace que podamos llegar a confundir el mundo real con el virtual y que incluso pueden llegar a fusionarse, creando una confusión entre ambos mundos?
Yo creo que no nos preocupa esa confusión entre los dos mundos porque ya es evidente, lo tenemos implantado ya. Esa fusión ya está allí. En mi obra muestro que esa fusión de un color digital a un material parece del mismo origen.

-Para CaixaForum Valencia, que se inaugurará en 2022, has creado una escultura “inmaterial e intangible”, un arcoíris que cruza el interior de la estructura de Calatrava y que aprovecha la luz natural que baña el edificio, por lo que el espectador verá la obra de forma distinta, según la situación climatológica del día. Este trabajo es diferente a lo que había visto tuyo. ¿Es el comienzo de una nueva línea de investigación?
Es la continuidad de una línea de investigación y este proyecto puede aunar muchos proyectos míos. Este último proyecto, “Arc al Cel”, creo que no es una línea nueva, pero sí otro proyecto que me está llevando a otras investigaciones. Al mismo tiempo también vuelvo a la esencia desde donde parte mi trabajo: la observación es muy bella, al observar vemos cosas que en realidad nos las proporciona la naturaleza en sí. Y nosotros con lo virtual lo que queremos hacer es imitar esas bellezas que conocemos por la propia belleza de contemplar la naturaleza. “Arc al Cel” es eso, mostrar ese halo de difracción de la luz que se descompone. Y al mostrarlo en el espacio hace referencia al arcoiris que todos reconocemos cuando procede de un efecto meteorológico. He usado ese modo sobre cómo se produce ese efecto de un fenómeno natural para hacerlo en el interior del Ágora, que es una catedral contemporánea y totalmente actual de una altura de 60 m. en un edificio casi diáfano.
-Tus últimos proyectos parecen llevarte a una investigación sobre los fenómenos lumínicos digitales con los que convivimos diariamente. Actualmente si hiciésemos una visita a tu estudio ¿con qué nos encontraríamos?
Actualmente nos encontraríamos con obra que debería haber terminado ya y no estoy terminando (risas). En mi trabajo, como en “Arc al Cel”, hago uso de herramientas tecnológicas para hacer evidente algo que sucede a veces en momentos minúsculos, y que por el tipo de sociedad en la que vivimos nos pasan desapercibidos: vamos muy rápido, no hacemos pausas para reflexionar. En mi obra intento aunar la observación y la reflexión pausada de nuestro entorno. Que haya un respeto, que nos hagamos preguntas, preguntas que seguro que serán comunes.

Ya no hay fronteras
Es tremendamente bella la forma en la que Inma Femeína experimenta con las propiedades de los materiales con los que trabaja: brillo, transparencia, flexibilidad y su relación con la luz, partiendo de la procedencia de sus referentes: el Minimalismo, el Land Art o el movimiento Supports-Surfaces, el postminimalisimo y Eva Hesse.
El aluminio y el rígido plástico han perdido su forma original, ¿dónde están los límites? Algunos arrugados, otros extendidos, cuelgan dócilmente adaptados a su nuevo ser. Rendidos, vencidos, como nosotros ante nuestras pantallas, ante su omnipresencia. Ilusiones de luz… Nuevos espectros cromáticos provenientes del espacio virtual se despliegan ante nuestros ojos. Espacios virtuales que no son sino reflejos de luces que se han fusionado con nuestros espacios vitales. Ya no hay fronteras.
Fotografía: Óscar Rivilla
Música: Electrophorus
Dirección de arte: Óscar Rivilla y Carolina Verd
Edición: Alexis Fernández en Cursiva Comunicación
Moda:
Foto principal, foto 2 y 3: Camiseta de Levis, jersey y falda de Mango, cortesía de Finally Press
Foto 4: vestido naranja de Blas Moreno cortesía de Koa Press. Vestido y top de Espirit cortesía de Finally Press
Foto 5: Sudadera de Levis, vestido de Espirit, pantalón de Mango, sandalias de Birkenstock todo cortesía de Finally Press
Vídeo: vestido de Robber Rodríguez cortesía de Koa Press. Sudadera de Levis cortesía de Finally Press. Pantalón vintage de Jesús del Pozo