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Let’s dance. Put on your red shoes and dance the blues… Let’s sway while color lights up your face… El glam rock nunca se entendió sin su elegancia y glamour, ni la moda sin revisitar su estética camaleónica y reinterpretarla en sus diferentes perspectivas con la libertad y ruptura de cánones que llevaba pegada a la piel, como ese artista en permanente revolución que se convirtió en la voz de una generación. Coincidiendo con el aniversario de su nacimiento, desde el 8 de enero y hasta el 7 de febrero en Factoría de arte y desarrollo se podrá visitar la exposición colectiva “Bowie Devotion”, comisariada por Vera Icon. Una muestra compuesta por obras de 50 artistas, piezas invitadas y seleccionadas en convocatoria abierta sobre la figura y el legado de la polifacética estrella del rock, icono estético y artístico de la segunda mitad del siglo XX. Y es que David Bowie nunca dejó de sorprender y desafiar a lo largo de una carrera que abarcó seis décadas y múltiples géneros, influyendo de manera definitiva no solo en la música, sino también en el arte, la moda, la sexualidad y el cine, casi como un hombre que vino de las estrellas y que, después de haber bautizado incluso a las arañas de Marte, se despidió desde su “Blackstar”. “Necesitamos más que nunca proyectos celebratorios, sin prejuicios e integradores. Pretendemos abrir ese abanico que el mundo del arte contemporáneo mantiene cerrado a puño apretado. Los criterios de ‘exigencia’ y ‘calidad’ que vemos con demasiada frecuencia en los espacios expositivos son demasiado elitistas, excluyentes y profundamente alejados de nuestro planeta. Necesitamos otras voces”, sugiere Vera.

Quizá por eso, nos animamos a participar con nuestra fotografía “Abstracción Glam”, una especie de túnel del tiempo caleidoscópico que supusiera una conexión con la dimensión Bowie (gracias al maquillaje creado por Alba Glance para Guerlain y un look más que brillante de Maison Mesa). Para mí, su legado es su individualidad, su ingenio creativo, su originalidad y autenticidad. Su reinvención constante, los personajes que creaba en el escenario, como Ziggy Stardust, Aladdin Sane, The Thin White Duke, Mayor Tom, the Blind Prophet. La potencia de su identidad cambiante, una fuente creadora en constante transformación. Un estímulo para la reinvención continua. Mientras “construíamos” la foto, me vinieron múltiples imágenes a la cabeza: Bowie vistiendo los looks que Kansai Yamamoto diseñó para él y que llevaban en las giras Ziggy Stardust y Aladdin Sane, piezas como “ Space Samurai” y “Rites of Spring”; Bowie interpretando a Jareth, rey Goblin, en la película Dentro del laberinto, y su voz inconfundible y dinámica en sus poéticas letras… ¿Bailamos?… Funny how secrets travel…I’d start to believe… If I were to bleed… Thin skies, the man chains his hands held high… Cruise me blond, Cruise me babe, A blond belief beyond, beyond, beyond. No return, no return… I’m deranged. Tal vez, mi canción preferida de Bowie, del álbum “Outside”.

En continua metamorfosis: Mind-blowing Bowie
-A cada uno de los que le admiramos le aportó algo diferente desde su camaleónica personalidad. Vera, como comisaria de la exposición, ¿a ti qué te aportó y qué te sugiere la figura de Bowie?
-Sólo tienes que mirarme, querida. Y mirar todo lo que pasó después de él. Quizá lo más importante de todo es que demostró que un heterosexual podía maquillarse divinamente y casarse con la mujer más bella del mundo (Imán). ¿Y a ti, Carolina?
-En mi trabajo lo que más me gusta es ser una mujer nueva cada vez. Crear desde diferentes y transformadores vértices de mi ser. No hay solo una Carolina, en cada proyecto se crea una nueva que lleva un poco de todas las Carolinas a la vez, y eso es algo que de alguna manera me ha inspirado Bowie. Me deslumbra desde pequeña ese Bowie caleidoscópico, un Bowie nuevo cada vez que se mueve.

-Y me pregunto cómo sería Bowie 2021… Me fascina su capacidad para crear canciones con tanta variedad de estilos musicales y gustos: rock and roll, heavy metal, soul, electrónica, music hall, folk psicodélico, pop…
-Él ya hizo lo que tenía que hacer. Nos corresponde a nosotros recoger su testigo, y no desperdiciarlo. Ojalá que además de conectarnos con su universo, los visitantes reciban un soplo de aire fresco, que se liberen de los estereotipos y que el arte les cambie para siempre, pues esa es su función.
-Es un honor participar en esta exposición, una exposición abierta, nueva y poco convencional que, rompedora, nos envuelve como una locura Bowie. Ofrece la oportunidad de exhibición a varios artistas y, a través de piezas de diferentes géneros y formatos, es todo un tributo, una “Bowie devoción”. Quizá ese sería el Bowie 2021, “el truco final”: ser uno mismo…
«Lo que hago es muy sencillo, es solo que mis elecciones son muy diferentes de las de otras personas» (David Bowie).

Fotografía: Oscar Rivilla
Música: Electrophorus
Edición: Alexis Fernández en cursiva comunicación
Dirección de arte: Oscar Rivilla y Carolina Verd
Maquillaje y peluquería: Alba Glance para Guerlain
Moda: Maison Mesa