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A pesar de la clara distinción de sus demarcaciones territoriales, existenciales y mentales, parecen estar condicionados, a través de sus esculturas, a dialogar en los jardines de la Fundación March en Madrid, dentro de la colección permanente del museo.
Las piezas fueron concebidas por cada artista como una reflexión sobre el espacio, fruto del estudio y de la búsqueda personal hacia la comprensión de la materia y del asombro ante la desocupación (Oteiza) de ella.
El edificio fue ideado por el arquitecto José Luis Picardo en 1975. Su contundencia se ve enriquecida por la colección de estas esculturas que, en su albedrío exterior, forman una atrayente obra de arte tanto en sí como en su conjunto.

Fuego, aire, agua y tierra

Al compartir el mismo lugar, podríamos decir que el nexo que las une es el rumor que las recorre y la brisa que las atraviesa día a día bajo la mirada de sus visitantes. Su nexo, pues, tal vez resida en lo evanescente, que a veces resuena en molde bruto de hormigón armado, otras silba en fría arista de metal, otras se envuelve dulce en suaves curvas de mujer, y en ocasiones rasguña a corrosión ceñida a lo redondo. Casi monumental de escala en coreografía que susurra en incesante fluir.
Como si de alquimia se tratara, todas ellas parecen contener los elementos primigenios constitutivos del mundo. Divulgando un lenguaje de intercambio entre masa y vacío, representan la materialización de sueños dispersos y de apertura de límites a la imaginación. El aire las ha llevado y las ha traído hasta ese lugar en el que reposadamente la obra escultórica colinda con la arquitectura y , en su compañía, se hace forma callada de música de viento.

Mi recorrido
Tuerce, quiebra, pliega, recorta;
todo evoca a lejano peine de viento.
Impera el ritmo cinético atrapa el aire.
Susurros de caricia al tacto de la carne,
sueño de nudos entramados.
Cruje lo cuadrado en métrica descolocada.
Silba la brisa oxidando lo redondo.
Fotografía: Oscar Rivilla
Música: Dr Symptosizer
Edición: Alexis Fernández en Cursiva Comunicación
Dirección de arte: Oscar Rivilla&Carolina Verd
Maquillaje y peluquería: Lucía Pando para Guerlain
Moda:
Foto principal y 3: chaqueta negra de Ernesto Naranjo; botines de Pura López cortesía de Finally
Foto 2 y 4: vestido blanco de Agatha Ruiz de la Prada
Foto 6: vestido cereza de Agatha Ruiz de la Prada
Me ha gustado mucho, Carolina
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¡Cómo me alegro!
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