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Hasta el 26 de mayo, se puede visitar en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid una exposición retrospectiva sobre la obra de Balthus, organizada conjuntamente con la Fundación Beyeler de Basilea, que cuenta con la colaboración de la Comunidad de Madrid, además de con el apoyo de la familia del pintor.
Esta muestra nos invita a internarnos en el mundo lleno de misteriosa teatralidad creada en sus obras, donde parece que el tiempo se detiene y donde el espectador es invitado, sin condiciones y de manera directa, a ser invasor de las escenas domésticas que pinta el artista. En ellas es protagonista la intimidad, la profundidad del ensimismamiento de sus modelos. Balthus es, así, provocador, enigmático y polémico gracias a su pasión por la belleza. Una belleza en proceso de florecimiento.

Balthus, el pintor polémico
“Veo a las adolescentes como un símbolo. Jamás podría pintar a una mujer. La belleza de la adolescencia es más interesante. La adolescencia encarna el porvenir, antes de convertirse en belleza perfecta. Una mujer ha encontrado su lugar en el mundo; una adolescente, no. El cuerpo de una mujer ya está completo. El misterio ha desaparecido”.
Balthus, Balthasar Klossowski de Rola (1908 en París-2001 en Rossinière, Suiza) admiraba a artistas como Piero della Francesca, Giotto, Pussin, Delacroix, Courbet, Zurbarán, Goya…
El pintor no perteneció a ninguna corriente artística, a pesar de vivir en el París de las Vanguardias. Compartió amistad con artistas coetáneos como Giacometti, Derain, Miró y Picasso. Este último le compró el cuadro Los hermanos Blanchard. Pero Balthus parecía ir a contracorriente, no se dejaba seducir por la búsqueda de lo nuevo, y opinaba que para el artista “la verdadera modernidad se encuentra en la reinvención del pasado”.
Así, Balthus une en sus cuadros la sobriedad geométrica, casi esquemática, del mobiliario que forma parte de los escenarios con espacios ilusionistas de gusto renacentista, en un ambiente donde acaso podría estar detenido el tiempo. Sus protagonistas parecen encontrarse bajo un encantamiento entre el mundo de los sueños y la realidad, invitando al espectador a invadir y ser testigo de ese momento.

Mitsou, historia de un gato
Balthus realizó su primera obra de arte a la edad de 10 años: son 40 estampas en las que narra una historia autobiográfica, Mitsou, historia de un gato, compuesta por dibujos muy naïf y expresionistas al mismo tiempo. Escribió el prólogo el poeta alemán Rainer Maria Rilke, por aquel entonces amante de la madre de Balthus. En esta obra, en la que el joven artista narra la historia de un niño que pierde a su querido gato, muestra la importancia que tiene para Rilke y para Balthus la idea de la infancia; la infancia como “estadío esencial” en relación con la búsqueda del secreto de la esencia del mundo.
Y es que Rilke ejerció una gran influencia sobre Balthus. En el prólogo escribe sobre la naturaleza de los gatos, criaturas que no se pueden domesticar por no renunciar nunca del todo a su condición salvaje. A partir de la pérdida de Mitsou, Balthus retrata a todos los gatos que pasan por su vida, símbolo -tanto para Rilke como para Balthus- de lo que no podemos poseer, de lo indómito en el hombre.

“¿Qué te fascina, quizás confunde y sorprende en los cuadros de Balthus?”
En 2017 se desencadenó una polémica en el Museo Metropolitan de Nueva York. Una visitante protestó por considerar escandaloso el cuadro Thérèse soñando, y reunió 12.000 firmas pidiendo la retirada de la obra. El museo adujo que «las artes visuales son uno de los medios más importantes que tenemos para reflexionar a la vez sobre el pasado y el presente y esperamos motivar la continua evolución de la cultura actual a través de una discusión informada y de respeto por la expresión creativa”. El museo no retiró el cuadro, sino que invitó al espectador de la exposición al debate y a la reflexión.
Esta muestra, antes de llegar a Madrid, estuvo expuesta en la Fundación Beyeler de Basilea, donde en unas tarjetas se hacía esta pregunta al visitante: “¿Qué te fascina, quizás confunde y sorprende en los cuadros de Balthus?” Y yo no escatimo en responder. Personalmente, la obra de Balthus siempre me ha fascinado. Es el misterio, la teatralidad magnética de sus obras lo que me atrae. Para hacer este post he tenido que visitar varias veces la exposición. En mi opinión, el arte despierta en el espectador emociones que, a veces, pueden llegar a ser incómodas, incluso dolorosas. Balthus es un artista voyeur, y a través de sus cuadros el espectador se siente voyeur con él. Y tú, ¿qué opinas?
Exposición: Balthus del 19 de febrero al 26 de mayo de 2019 en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Comisario: Raphaël Bouvier, Michino Kono y Juan ángel López-Manzanares
Fotografía: Oscar Rivilla
Música: Dr Symptosizer
Edición: Alexis Fernández en Cursiva Comunicación
Dirección de arte: Carolina Verd
Foto 2: Vestido amarillo de Psophia cortesía de Finally Press; calcetines de Soeur cortesia de Pez; zapatos de Repetto
Foto 3: Vestido de Hakei; calcetines de Soeur cortesía de Pez; zapatos de Repetto
Ciertamente es surrealista, intrigante y provocativa su obra, pero de una provocación profunda y sincera, su voyerismo, que me recuerda a Hopper, nos hace sentir incómodos, pero abre y sacude nuestros impulsos más íntimos.
ARTE en mayúsculas. Y sobre esa absurda y retrógrada polémica sobre el intento de censura de sus cuadros en un museo te paso lo que escríbí en mi blog, con una anécdota de censura de facebook incluida.
http://www.gmarticeballosart.com/?s=Balthus
Buen post y bellas fotos muy sensuales
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Me alegro que te haya gustado. Leí tu post de blog, incluida la parte sobre la censura, muy interesante.
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Quizá entre la belleza que rastrea el arte está la transformación de esa función depurativa de lo inconfesable…
Desde luego este gran equipo de entusiastas amadores, nos acerca a ello.
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Gracias, nos alegramos de poder acercaros a través de nuestras interpretaciones a los artistas que nos conmueven.
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