El libro de Nuccio Ordine, La utilidad de lo inútil, me va a ayudar a explicaros por qué considero tan importante el arte para nuestra alma. A través de él podré ilustrar el objetivo de mi proyecto personal de acercamiento al arte y sus formas de expresión y de la experimentación como medio de profundización. Explicaré también el objetivo de este blog: compartir con vosotros este camino, haceros partícipes de esta experimentación. Creo que el arte es necesario para todos.
La necesidad del arte en nuestra sociedad
En su libro, Nuccio Ordine nos explica que en nuestra sociedad cada elección, cada palabra, cada gesto responden a un provecho personal, a una lógica utilitaria que impone un beneficio material. La idea de poder cultivar una pasión o un interés en nombre de un placer desinteresado y gratuito no encuentra terreno fértil en nuestra sociedad. Ordine denuncia que vivimos en la dictadura del utilitarismo. ¿Para qué sirve leer poesía, escuchar una sinfonía o visitar el Museo del Prado? “En el universo del utilitarismo, en efecto, un martillo vale más que un cuadro, un cuchillo vale más que una poesía, una llave inglesa vale más que una sinfonía: porque es fácil hacerse cargo de la eficacia de un utensilio mientras que resulta cada vez más difícil entender para qué pueden servir la música, la literatura o el arte”. El arte y sus formas de expresión son un acto gratuito exento de una finalidad precisa, inútil porque no puede ser monetizado, pero necesario para expresar con su existencia un valor alternativo a la supremacía de las leyes del mercado y del lucro. “Si no se comprende la utilidad de lo inútil, la inutilidad de lo útil, no se comprende el arte y un país en donde no se comprende el arte es un país de esclavos o de robots, un país de gente desdichada, de gente que no ríe ni sonríe, un país sin espíritu”.
Acercamiento, sensibilización y profundización en el mundo del arte
Desde mi punto de vista, para acercarse, desarrollar una sensibilidad y profundizar en el mundo del arte, hay tres caminos, y los tres son necesarios, los tres se alimentan y se nutren entre sí. En primer lugar, el intelectual, este nos ayuda a intentar entender el propósito del artista, detectar qué andaba buscando plasmar con su obra, entender las condiciones históricas que le rodeaban, conectar su obra con otros artistas del momento que pertenecen al mismo movimiento. En segundo lugar, el camino de la sensibilización, la percepción a través de la relación personal, que consiste en un reconocimiento de cercanía, una íntima lectura y escucha de la obra de arte, desarrollando una capacidad de sentir, conectar y conmovernos con la experimentación de las sensaciones que nos despierta la obra. Y, en tercer lugar, la experimentación, el camino manual de acercamiento al arte; es decir, en mi caso, los workshops, acercar a mi mundo lo adquirido intelectualmente y lo percibido por el diálogo personal con la obra. El centro de mi proyecto de acercamiento al arte es a través de un acercamiento manual, de experimentación.
Los que habéis emprendido un camino de acercamiento al arte, compartidlo, solo así conseguiremos como civilización no olvidar de dónde venimos y saber proyectarnos hacia el futuro.
Aprovecho este post de blog para lanzaros unas preguntas: ¿el arte, su manifestación y su apreciación son solo para unos pocos?, ¿cómo hacerlo accesible a todos?
Fotografía: Oscar Rivilla
Diseño conceptual: Carolina Verd
Estilismo: Renée Lopez de Haro
Moda cortesía de Finally:
Vestido largo terciopelo manga larga rojo: Antonio García
Zapatos pulsera terciopelo: Stuart Weitzman
Quizás lo útil o lo inútil sean conceptos difíciles de precisar según en qué ocasiones, situaciones y estados de ánimo (alma). Aparte de la necesidad perentoria de la utilidad de algo, lo útil o lo inútil se tornan conceptos o valores asaz prosaicos y prescindibles en determinadas tesituras.
Más bien adquieren cierta relevancia en ausencia de…, otras categorías fundamentales.
¿Un hijo es útil? ¿Y un amor…? ¿La vida es útil?
Desde luego utilidad o inutilidad no constituye nada esencialmente radical por sí mismo. La raíz de la «utilitas» vitruviana no se puede substraer a la imprescindible compañía de la emoción de la belleza (venustas) y de la firmeza o consistencia (firmitas) de lo que experimentamos… Extendiendo la percepción a todo lo que hay en el cosmos; no solo el extasiarse con la contemplación de la arquitectura como artefacto. .
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