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Esta semana estuve visitando la obra de Daniel Canogar (Madrid, 1964) en la Sala Alcalá 31, en Madrid. El artista consigue algo que es difícil: que el espectador deje de ser un mero observador y que haga la obra suya. A través del movimiento de sus piezas, nos invita a observarlas desde múltiples perspectivas. Perspectivas que hasta ahora no habíamos considerado, por eso su obra nos sorprende y nos atrapa. El trabajo de Daniel Canogar también alberga gran belleza, y esto atrapa nuestra mirada, nos hace parar en este mundo en el que pocas cosas nos consiguen detener y nos invita a observar y a reflexionar. Con su obra, Daniel Canogar nos hace caer en la cuenta de que “vivimos en un mundo de aceleración y bombardeo de información que nos hacen vivir en un ritmo vertiginoso”.
“El hecho de que estemos constantemente expuestos a inputs diversos termina por erosionar la memoria, no somos ya capaces –ni lo intentamos– de almacenar datos muy básicos, y esto deriva en una especie de alzheimer colectivo, perdemos la sensación y el paso del tiempo. Es como si olvidáramos las huellas que ha ido dejando el pasado, una huellas que son claves para saber hacia adónde vamos. En ese sentido, Fluctuaciones es un intento por conservar una cierta memoria personal y colectiva que está muy vinculada a las tecnologías”.
Fluctuaciones
La obra de Daniel Canogar habla de las pautas de nuestra sociedad de datos, y lo hace investigando las transiciones entre el mundo virtual y el mundo real.
Sikka Ingentium
A través de grandes instalaciones, Canogar nos hace reflexionar sobre el cambio tecnológico y las bibliotecas rotas de nuestra memoria cultural. Sikka Ingentium es un mosaico audiovisual abstracto basado en nuestro pasado cinematográfico. Miles de DVD cuelgan de una gran pared de la Sala Alcalá 31 y reflejan las proyecciones a la pared que tienen en frente. Se convierte en un pasillo mágico, lleno de color, luces y sonido. Este sonido de las proyecciones nos envuelve, el espectador es invitado por el artista a recibir esas luces que se proyectan en su cuerpo y a interaccionar, a jugar con ellas, a empaparse de la obra.
Small Data
En su serie Small Data, Canogar investiga, como lo haría un arqueólogo, diversas tecnologías obsoletas y, mediante animaciones de vídeo, dota de nueva vida a artefactos electrónicos desechados. Al reencontrarse con estos dispositivos tecnológicos –que hasta hace poco usaba y que ahora han quedado obsoletos– y revivir, recordar y recobrar vida aparente, el espectador llega a conmoverse.
“La obsolescencia que realmente nos preocupa es la nuestra”, dice el artista. Porque ver estos artefactos que usábamos hasta hace poco convertidos en inservibles en la actualidad puede llegar a despertar un cierto vértigo. Canogar habla de su obra y nos cuenta: “Me he sumergido en chatarrerías y mercadillos en busca de ejemplos de tecnologías obsoletas que definieron nuestra existencia en un pasado no muy lejano, ya que los objetos de los que nos despojamos son un preciso retrato de lo que hemos sido. Mi intención es reavivarlas y activar la memoria colectiva que contienen al proyectar las animaciones sobre ellas”.
Cannula
Con su obra Cannula hace eco de los flujos de datos que en la actualidad transitan por la red. Utiliza vídeos colgados en YouTube para crear una composición líquida. Conectada a internet, la obra descarga en tiempo real los primeros 100 vídeos que aparecen con diversas búsquedas; entre ellas: los vídeos más vistos de YouTube. Canogar proyecta estas imágenes que va licuando en una bella composición de colores. Frente a la proyección hay colocados tres sofás. Con esta obra, el artista nos invita a meditar sobre “el bombardeo de información al que estamos expuestos, que nos hace sentir ese nunca estar aquí y siempre estar sintiendo que nos perdemos algo”.
“Después de años de investigación, he desarrollado un ‘tile’ de LED flexible que me permite crear pantallas con formas curvas complejas para que respondan a las características del espacio que las contiene”. Y así, en Fluctuaciones, el espectador puede ver el resultado de las investigaciones hechas por el artista que persiguen exteriorizar y plasmar en sus obras el despertar a la realidad de nuestra civilización que, según Canogar, va a la deriva por “la obsesión por lo efímero en la era de la obsolescencia programada”, porque estamos perdiendo la memoria. “La memoria y su pérdida son un tema central en mi trabajo. Si no tuviéramos recuerdos, estaríamos condenados a un presente amnésico, carente de perspectiva temporal”.
Xylem
Es otra obra con datos en tiempo real, en Xylem el artista se vale de la abstracción como método para plasmar el tejido social creado por el interminable flujo de información digital.
Echo
Una instalación de pantallas de led con animaciones que reaccionan a la información en tiempo real de distintos fenómenos.
Magma
El artista rompe los límites de la pantalla, crea instalaciones tridimensionales donde conceptualiza los nuevos medios como escultura.
Draft
Una pieza inédita basada en pantallas que evocan la forma de un libro entreabierto.
Pneumas
Compuesta por nudos de cable telefónico sobre los que proyectan videoanimaciones.
Canogar es una artista al que le gusta jugar, inventar, transformar y dar nueva utilidad a las cosas. Con su obra, nos invita a interactuar, observar, parar y reflexionar. Creo que la visita a esta exposición es algo que debéis hacer todos esta Navidades. La muestra se puede visitar hasta el 28 de Enero. Yo voy a llevar a mis hijas este fin de semana, y también haremos un workshop; ¡os enseñaré sin falta el resultado! Todo un desafío… ¿Cómo invitar a nativos de esta era digital a reflexiones y preguntas tan profundas sobre los problemas de este mundo con este ritmo tan vertiginoso de bombardeo constante de información que va caducando cada día? Yo soy una inmigrante, vengo de otra era; la obra de Canogar me despierta, me hace caer en la cuenta: ¿qué pasa si nunca has estado en otra era, si eres nativo y no conoces otra cosa?
Fotografía: Oscar Rivilla.
Estilismo y diseño conceptual: Carolina Verd.
Maquillaje y peluquería:Carolina Verd.
Moda cortesía de Pez (Madrid):
Vestido Masscob.
Cinturón piel de cocodrilo vintage.
Botas altas Zara.
Muy oportunas las intenciones de Canogar y la visita a la obra expuesta sobre la pérdida de memoria temporal.
Además añadiría que perdemos apreciación de categorías de lo que merece convertirse en memorable.
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Gracias Carolina por tu entrada. Si las obras dejan de ser memorables dejan de ser Arte. Es necesario ofrecerse para que la obra repose en nuestro silencio interior. Sin esta entrega solo es experiencia efímera.
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tu blog es espectacular!!!!!
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