En estos días que estamos liados preparando Halloween se me ocurrió ir a ver a Goya y Las Pinturas negras para averiguar por qué producen tanto terror.
Goya
Francisco de Goya y Lucientes nació en Fuendetodos (Zaragoza) en 1746 y murió en Burdeos (Francia) en 1828. Es uno de los mayores genios de la pintura universal y precursor de muchas tendencias pictóricas posteriores. Su obra abarca pintura de caballete, pintura mural, cartones para tapices, grabados y dibujo. En todas estas facetas desarrolló un estilo que inaugura el Romanticismo. El arte goyesco es el comienzo de la pintura contemporánea y precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX.
Comprender las Pinturas negras: la trayectoria artística De Goya
Los maestros de los que aprende y el momento histórico son claves para entender la obra de un artista. Permitidme haceros un pequeño resumen para que entendamos mejor cómo y por qué, en medio de una sórdida enfermedad, pinta Goya las Pinturas negras.
En su juventud su obra es optimista y luminosa, sus pinturas tienen colorido variado y fuerte. La gran mayoría de sus obras de esta época eran cartones para tapices, ya que Goya trabajó en la real Fábrica de Tapices (1775-1792). Los temas que pinta son romerías, juegos, deportes y bailes populares. Encuentra un referente en Velázquez. Goya aplica los ingeniosos toques de luz velazqueños, la perspectiva aérea y un estilo de dibujo naturalista inspirados en el estilo de el gran maestro del siglo XVII.
A lo largo de la década de 1780, entra en contacto con la alta sociedad madrileña, convirtiéndose en su retratista de moda. En 1785 Goya es nombrado Teniente Director de Pintura de la Academia de San Fernando, y en 1789, tras pintar el retrato del recién ascendido al trono rey Carlos IV, lo nombran Pintor de Cámara del Rey, lo que lo capacitaba para ejecutar retratos oficiales de la familia real.
Pinta también cuadros con temas religiosos, sociales y políticos. Goya refleja en sus pinturas una preocupación incipiente por la clase obrera. Habla no solo de la influencia y de las preocupaciones del prerromanticismo, sino también de su grado de asimilación del ideario de los ilustrados que frecuentó.
En un discurso en la Academia (1792), Goya expresa sus ideas respecto a la creación artística. Es toda una declaración de principios a favor de la originalidad, de dar curso libre a la invención y un alegato de carácter decididamente prerromántico. Goya profesa el predominio del sentimiento sobre la razón, el rechazo a las “reglas” frente a la libre invención y su preferencia por los lugares esotéricos y misteriosos sobre la naturaleza arreglada. Emprende el camino que culminará en las Pinturas negras.

Surgimiento de las Pinturas negras
Hacia 1793, tras su enfermedad, Goya hace lo posible por crear obras ajenas a las obligaciones adquiridas por sus cargos en la Corte. Dimite de sus obligaciones académicas en la Real Academia de San Fernando en 1797, pero consiguió a cambio ser nombrado académico de honor.
En 1799 Goya se inicia en el grabado romántico y contemporáneo con una serie de carácter satírico: Los caprichos. En estas estampas caricaturescas, donde combina el aguafuerte con el aguatinta, Goya consigue crear una iluminación dramática e inquietante heredada de la obra de Rembrandt. Con estos “asuntos caprichosos” trata de difundir la ideología de la minoría intelectual de los ilustrados. En ellos se denota un claro anticlericalismo y una crítica a los vicios universales y particulares de la España del momento.
A diferencia de las estampas, en las Pinturas negras no hay lemas que nos guíen y los cuadros mantienen una ambigüedad interpretativa.

Goya y las Pinturas negras
Goya es testigo de uno de los períodos más intensos de la historia de España. Fue un tiempo de luchas y tensiones en el que se produjeron los intentos de reforma de los ilustrados, la reacción conservadora a raíz de la revolución francesa, las conspiraciones de la Corte, la Guerra de la Independencia, la abolición de la Constitución de 1812 y el absolutismo, el Trienio Liberal y, finalmente, la restauración absolutista, con la que también se reinstaura la Inquisición.
Goya, que es pintor de la corte, vive muy de cerca estos acontecimientos. Su obra se ve sometida a mucha tensión, preocupaciones económicas, crisis físicas y sentimentales y de convicción. Goya es partidario de realizar profundos cambios en el país, lo que lo lleva a alinearse con los ilustrados, con los afrancesados y , finalmente, con los liberales, terminando en el exilio.
En la última etapa de su vida su sordera fue en aumento, tuvo problemas con la Inquisición, se aisló y acabó autoexiliándose. En su obra se puede apreciar una notable contradicción entre su producción pública y privada. En esta última no tiene que protegerse de la censura monárquica conservadora y clerical, sino que manifiesta su espíritu crítico en los temas que pinta y experimenta sin miedo haciendo crónica valerosa de su tiempo. En su obra pública, en cambio, se ve más coaccionado por las exigencias de la clientela, pero poco a poco va introduciendo también ahí las innovaciones de su obra privada.
En esta época de recogimiento, aislamiento y sordera es cuando realiza las Pinturas negras (1819-1823), pintadas con colores oscuros y sombríos sobre las paredes de su casa de campo, la “Quinta del sordo”. En esta serie de pinturas al óleo sobre muro seco anticipa la pintura contemporánea y los variados movimientos de vanguardia que marcarían el siglo XX.
Las Pinturas negras son catorce obras murales en las que la búsqueda de lo fantasmático se hace manifiesta con tonos oscuros y con una deformación intencionada de las figuras que acercan a Goya al expresionismo. En ellas pinta la vejez, la locura, la muerte, satiriza la religión, denuncia los enfrentamientos civiles y pinta al Estado devorando a sus súbditos (Saturno devorando a sus hijos). En las Pinturas negras pinta duelistas, supuestos frailes, monjas, la Inquisición; todo ello lo representa un mundo caduco, anterior a los ideales de la revolución francesa.
Lo cierto es que las Pinturas negras fueron pintadas sobre imágenes campestres de pequeñas figuras, cuyos paisajes aprovechó en alguna ocasión, como en el Duelo a garrotazos. Están muy dañadas, sobre todo las de mayor tamaño, por el proceso que supuso arrancarlas de las paredes con la técnica del “strappo”, llevarlas a París y, posteriormente, trasladarlas a Madrid tras ser donadas por el barón Fréderic Émile d´Erlanger.
Han pasado ya casi un par de siglos desde su producción. Se han perdido y añadido elementos durante el proceso de restauración, y se han hecho muchos estudios para determinar las diferencias entre lo que ahora se ve respecto a lo que eran antes de ser “retocadas”.

Las Pinturas negras y la libertad del arte contemporáneo
Técnicamente, estas pinturas suponen un dominio total de la materia plástica con una audacia asombrosa. Con ellas, Goya da un paso adelante en la historia de la pintura, puesto que la mancha negra hace desaparecer la línea y gran parte de los colores y los símbolos desplazan a las formas concretas y reales. Las pinceladas se hacen pastosas, gruesas, largas, rápidas y expresionistas, llegando a utilizar la espátula para aplicar el color.
La composición de estos cuadros es muy novedosa, las figuras suelen aparecer descentradas (Cabezas en un paisaje). Tal desequilibrio es una muestra de su modernidad compositiva.
Las Pinturas negras son nocturnas: muestran ausencia de luz, el día muere y se destaca el negro como fondo en relación con esta muerte de lo luminoso. Todo ello genera una sensación de pesimismo, de visión tremenda, de enigma y de espacio irreal.
La gama cromática se reduce a ocres, dorados, tierras, grises y negros, con solo algún blanco en la ropa para dar contraste, azul en los cielos y algún verde. Goya pinta con intensa emocionalidad; en realidad lo que le importa no es reflejar los cuerpos, sino las expresiones que transmiten los personajes de sus cuadros. Las facciones de estos presentan actitudes reflexivas o extáticas. A este segundo estado responden las figuras con los ojos muy abiertos, la pupila rodeada de blanco y las fauces abiertas en rostros caricaturizados de animales grotescos. Se muestra lo feo, lo terrible, ya no es la belleza el objeto del arte, sino el pathos y una cierta consciencia de mostrar todos los aspectos de la vida humana sin descartar los más desagradables.
Puede decirse que en esta serie Goya llegó más lejos que nunca en su concepción revolucionaria y novedosa del arte.

Las Pinturas negras y el workshop semanal
Como ya sabéis, comparto esta experiencia de aproximación al arte con un grupo del que forman parte mis hijas, mi padre, mis amigas y ¡quien se apunte!
Aprovechando que llega Halloween, y que lo celebro todos los años con mis hijas forzosamente, este año lo haremos a mi manera. Vamos a visitar el Museo del Prado en busca de terror. En la sala de las Pinturas negras de Goya encontraremos oscuridad. Ahí les propondré un juego: buscar el rostro más terrorífico. Luego, en casa, en nuestra mesa de experimentación, tendrán papel de acuarela, lápices y acuarelas para plasmar lo que ese rostro les inspira.
¿Os gustaría acompañarnos?
Fotografía: Olha Turukina
Concepto: Carolina Verd