Naturaleza digital de Jennifer Steinkamp

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Del 23 de febrero al 22 de abril, la Fundación Telefónica nos invita a un viaje sensorial con la exposición “Naturaleza digital”, de Jennifer Steinkamp (Denver, 1958).

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Naturaleza digital

A través de una proyección 3D inspirada en la naturaleza, la artista juega con la percepción, el movimiento y el espacio. “Se trata de desmaterializar la arquitectura del lugar, transformarla con vídeo. Me di cuenta de que el movimiento y las proyecciones pueden cambiar el espacio y, en consecuencia, el espacio transforma la animación”. Jennifer Steinkamp te invita a un viaje a la naturaleza a través de un lenguaje visual fácil de entender al que te abres sin recelo. Una vez ahí, el viento hace que te sientas mecido suavemente junto con las flores, y te embarga una sensación de vida. Al observar a tu alrededor, ves que la obra está proyectada en un espacio industrial, vacío, cerrado. Sin embargo, las piezas crean una atmósfera donde se respira aire puro; donde, a pesar del silencio, uno escucha en su interior un sonido conocido, que relaja, el sonido de las hojas mecidas por el viento.

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Un viaje a través de los sentidos

Al dividir la enorme sala de la exposición en diferentes áreas donde se exponen las cinco diferentes obras audiovisuales, la artista ha conseguido transformar el espacio en lugares íntimos que te invitan a parar, a hacer un viaje interior a tu mundo sensorial, a tu recuerdo, a lo que es un campo lleno de flores para ti, a la sensación de tumbarse en la hierba y observar cómo se mueven las ramas de un árbol. Quizás, si logras por un momento estar en el presente, solo observando la pieza, lograrás hacer un viaje a tu mundo de recuerdos, allá donde todo lo que te rodea es verde, donde huele a aire fresco y a naturaleza, donde sientes la hierba acariciar tus pies, donde oyes el sonido de las hojas al ritmo que les marca el aire cambiante… donde, en definitiva, te sientes acogido, sostenido por la Madre Tierra.

“Somos naturaleza. Para mí tiene que ver con conectar con el movimiento, la escala y el sentimiento. El hecho de que sean obras virtuales y proyectadas pueden [sic.] propiciar que, cuando se ven esos árboles moviéndose dentro de las paredes de una sala, empecemos a darnos cuenta de ello en la calle. Puede hacernos conectar con el movimiento”, dice la artista cuando habla sobre su obra.

Universo artificial de campos de flores y árboles movidos por el viento en 3D

Un ejemplo es su obra Marie Curie (2011), con la que Jennifer Steinkamp rinde homenaje a la científica creando un jardín digital con sus flores favoritas. A través de árboles en Dervish (2009), vemos el eterno circuito de las cuatro estaciones en tres proyecciones de árboles en movimiento que aluden al poder hipnótico de la naturaleza evocando la danza meditativa en círculos que realizan los sacerdotes o dervishes para liberar el alma y encontrarse en comunión con lo divino. En Ovaries (2017), la artista nos invita a reflexionar con un vídeo lleno de color y de frutas que van cayendo y encontrándose: los ovarios femeninos son como frutas.

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“Naturaleza digital” para mí  

Cada vez más y más, veo que los museos están invitando a viajes a través de los sentidos con exposiciones sensoriales en las que no solo la vista recibe estímulo para invitar al espectador a la reflexión, sino que invitan al resto de los sentidos a complementar la experiencia. El arte digital tiene un lenguaje directo y fácil de entender.

Cuando realicemos la visita, para después llevar lo aprendido a nuestra mesa de experimentación, vamos a intentar realmente parar y observar, dejarnos invitar por Jennifer Steinkamp y su viaje en movimiento a través de frutas, flores y árboles digitales. El workshop de esta semana tratará sobre el viaje que cada uno ha tenido observando las obras. Trataremos de dibujar el viaje a la naturaleza digital; esto es trasladar nuestras impresiones al papel a través de colores, formas y texturas. La obra de Steinkamp es como un poema que, cuando lo lees, te lleva de viaje por los mundos vividos, por tus experiencias, evocándote lugares visitados, olores apreciados, sabores degustados y sonidos familiares, solo tuyos.

¿Qué me decís?, creéis que es posible despertar las sensaciones que provoca observar las ramas mecidas por el viento a través de una proyección de videoarte? Os invito a que vayáis a ver la exposición a ver qué os despierta a vosotros y plasmar vuestra experiencia. Haced un boceto con los recuerdos que la exposición os ha despertado y, después, cread vuestro propio poema usando palabras que los describan.

Fotografía: Oscar Rivilla
Diseño conceptual: Carolina Verd
Moda:
Vestido de Forte Forte, cortesía de Pez
Botas de Frabritio Viti, cortesía de Le Marche Aux Puces

2 Comentarios

  1. «El hecho de que sean obras virtuales y proyectadas [las que] pueden [sic.] propiciar que, cuando se ven esos árboles moviéndose dentro de las paredes de una sala, empecemos a darnos cuenta de ello en la calle.»

    Curioso que los estímulos procedentes del mundo virtual puedan propiciar que nos percatemos e intensifiquemos estímulos ‘análogos’ en el mundo real (‘lectura’ aumentada) que antes pasaban casi desapercibidos.

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    1. Es interesante escuchar a la propia artista hablar de su obra y lo que busca despertar. Un viaje de sensibilización, a ser conscientes, a parar. Conmigo lo consiguió paré, escuché el sonido sordo de la sala e hice un viaje a Suecia y los veranos de cuando era niña.

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